jueves, 7 de junio de 2012

Para nuestros cazadores de microbios


Todos somos en alguna forma cazadores de microbios, vamos descubriendo poco a poco pequeñas partes de la vida, de nuestra profesión, de nuestros intereses. Tras estos descubrimientos es normal luchar contra el escepticismo y las burlas pues esta es una sociedad que difícilmente acepta nuevas formas de pensar. Más de una vez nos vemos agotados al darnos cuenta que nuestros diminutos descubrimientos no son suficiente para abrirle los ojos a la gente que le conviene que no se sepan las verdades. Pero al final, la ignorancia va siendo lentamente combatida con pequeños descubrimientos, liberándonos del anquilosamiento en el que dormimos, llevándonos poco a poco a un futuro mejor.

Un hombre llamado o Antony Leeuwenhoek comenzó con un pequeño descubrimiento, el más pequeño de su época, un descubrimiento que, por más insignificante que haya parecido, cambió al mundo y la historia.


un libro de Paul de Kruif que nutrirá su forma de ver el mundo.

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